EL REY MAUREGATO

Según las crónicas Mauregato era hijo natural del rey Alfonso I el Católico y de una mora llamada Sisalda y usurpó el trono al que luego sería gran rey Alfonso II el Casto.
Su elección alejaba del trono a la sangre de Pelayo pues Alfonso II el Casto era hijo de Fruela I que a su vez era hijo de Alfonso I el Católico y de Ermesinda hija de Pelayo y hermana de Favila.
Por lo tanto en la figura del heredero legítimo que representaba Alfonso II el Casto se unían las dos ramas de la sangre real que conformaban a la dinastía asturiana; por un lado la cántabra del duque Pedro y por la otra la astur del rey Don Pelayo.
Esta condición de hijo natural de Alfonso I provoca un rechazo del sector "oficialista" bien presente en las crónicas. Para algunos estudiosos del tema no sería Sisalda una mora capturada en una de las correrías de Alfonso I el Católico sino una concubina que tenía tras el fallecimiento de la reina Ermesinda; esta concubina no sería mora sino astur de origen y sierva de condición; otros incluso le atribuyen sangre noble.
En cualquier caso su posible origen astur no explicaría el mote de su hijo Maure Gato o sea Moro-Godo con el que pasaría a ser conocido en la historia perdiéndose su nombre auténtico. Y dado que las correrías de su padre Alfonso I el Católico fueron muy extensas e intensas nos inclinamos por la versión oficial de que su madre era una prisionera mora o musulmana.
Una vez definida nuestra postura en favor de la versión oficial habría que decir no obstante que lo enigmático de su mote debería ser estudiado con mayor profundidad. A nadie se le escapa la similitud de Mauregato con Maragato pero relacionar uno con otro sería meternos aún en un problema mayor, ya que los especialistas tampoco se ponen de acuerdo acerca del término Maragato que designa a un grupo de gentes de la provincia de León.
En favor de la teoría oficial a la que nos adherimos acerca de la condición musulmana de su madre está la política contemporizadora que sigue con los musulmanes y la leyenda de las cien doncellas que posiblemente sea un mito pero como todos sabemos, los mitos siempre tienen detrás algo de realidad.
Buceando en las escuetas crónicas Mauregato que fue rey del 783-788 por algún motivo desconocido contó con el apoyo de la nobleza asturiana teniendo Alfonso I que refugiarse en Álava buscando el apoyo de sus parientes maternos ya que su madre Munia era alavesa y había sido tomada como rehén por su padre Fruela I para asegurarse el sometimiento de los vascones a los que había derrotado.
La huida del heredero legítimo a tierras alavesas confirma que Munia pertenecía a una familia importante de los vascones y que su traslado a Asturias como rehén y posterior enlace con Fruela I era de la máxima importancia política para asegurar la lealtad de los vascones occidentales al Reino de Asturias.
En cualquier caso Mauregato con el apoyo de los magnates se alzó con el trono y encerró en el monasterio de Santianes de Pravia a Adosinda, su hermanastra para controlar la influencia que mujer tan importante pudiera ejercer en la corte. Adosinda era hija de Alfonso I y Ermesinda nieta de Pelayo y hermana de Fruela I y Vimarano, estuvo casada con Silo un magnate de la tribu Pésica que obtuvo el trono asturiano gracias a dicho matrimonio. Como no tuvo hijos con Silo su influencia sobre su sobrino Alfonso I era enorme ya que le criaron prácticamente desde su nacimiento asi que no es de extrañar las precauciones y preocupaciones de Mauregato.
Dejando a un lado las disquisiciones acerca del nombre de Mauregato, el origen de su madre y el mito de las cien doncellas, el acontecimiento mas relevante de su corto pero intenso reinado es la querella del adopcionismo, herejía de la Iglesia mozárabe hispana promovida por Elipando de Toledo y Félix de Urgell y respondida por el Beato de Liébana y su discípulo Eterio obispo de Osma.
En la confrontación quedó patente la independencia de la Iglesia asturiana de la mozárabe.
El adopcionismo pretendía que Jesús era un simple ser humano elevado a una dignidad similar a la de Dios después de su muerte. En el siglo VIII en los sínodos de Fráncfort y Roma fue condenado como herejía definitivamente. La Iglesia mozárabe independientemente de la polémica no admitía que la Iglesia asturiana no se sujetase a su dictado sin embargo con el apoyo real de Mauregato y las posteriores disposiciones papales que desautorizaron a los adopcionistas la Iglesia asturiana se consolidó de facto como independiente.
Este oscuro rey murió en el año 788 siendo sepultado en la Corte Real de Pravia donde en su sepulcro se grabó la siguiente frase HIC IACET IN PRAVIA, QUI PRAVUS FUIT es decir aquí yace en Pravia el que fue depravado.