A LA ATENCIÓN DE DON NARCISO SANTOS YANGUAS

http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009032700_46_739869__Sociedad-y-Cultura-Santos-Plata-empezaba-Merida-terminaba-Astorga

En el siguiente enlace pueden Vds leer las recientes declaraciones del catedrático de historia antigua de la Universidad de Oviedo Don Narciso Santos Yanguas.

Permítanme entresacar del enlace algunas afirmaciones a mi modo de ver cuestionables siempre y cuando el periodista las haya transcrito correctamente.
I
"Otro mito derribado. «La conquista de Asturias se hizo en sentido horizontal, a través de la cordillera Cantábrica, y no fue de Norte a Sur», afirmó Narciso Santos".

Respecto a este comentario me gustaría que el señor Santos Yanguas explicara que se entiende por "horizontal" y de donde saca lo de Norte-Sur pues siempre se había entendido que la conquista fue Sur-Norte desde la meseta hasta el mar.

II

Legiones romanas conquistaron Asturias? Tampoco. «A lo sumo destacamentos de varias docenas de soldados, lo que quiere decir que es desechable el campamento militar de Curriechos, aunque no nos guste», advirtió Narciso Santos.

Respecto a este otro comentario hay que decir que no es la primera vez que insiste con este tema; pueden vds comprobarlo en el siguiente enlace

http://historiayarqueologia.wordpress.com/2007/01/26/narciso-santos-yanguas-%C2%ABlos-celtas-fueron-uno-mas-de-los-pueblos-que-llegaron-a-asturias%C2%BB/

de donde entresaco lo siguiente:"Estoy convencido. En el norte peninsular no hay signo de violencia ni presencia del ejército haciendo frente a las comunidades indígenas. Hubo una penetración pero no de legiones, sino de destacamentos de cientos de soldados pero nunca en plan de conquista".

En la misma página de Noticias de Historia Antigua y Arqueología ya le he respondido y vuelvo a hacerlo de nuevo aquí con el siguiente enlace que cuestiona seriamente su punto de vista respecto a que en el NORTE PENINSULAR no haya signos de violencia ni presencia del ejército romano haciendo frente a los indígenas.

http://www.vacarizu.es/Cuadernos/Cuaderno_36/La_conquista_romana.htm

Es normal pues que cargue contra el campamento de Curriechos que representa asimismo junto a los descubrimientos de Peralta Labrador en Cantabria una prueba inequívoca del esfuerzo militar romano sin olvidarnos naturalmente de los escenarios de la contienda en León-Burgos-Palencia.

No es la primera vez que se pone en entredicho la importancia del campamento de Curriechos y de la Vía Carisa como arteria fundamental para la conquista romana de Asturias.

En su dia ya defendí la labor de Don Jorge CAMINO, Doña Yolanda VINIEGRA y Don Rogelio ESTRADA asi como la del general RAMOS OLIVER y una vez mas me veo en la obligación de hacerlo de nuevo.

Dicha labor ha sido excepcional y de una gran profesionalidad suponiendo sus estudios un paso de gigante para comprender el proceso de la conquista romana del actual Principado.

Quiero dejar claro mi mas profundo desacuerdo con las declaraciones del señor Don Narciso SANTOS YANGUAS salvo en lo relativo a la Vía de la Plata en las que lleva razón ya que dicha denominación en Asturias obedece a cuestiones de índole económica mas que histórica.

Aprovecho para mandar un cordial saludo a la asociación de la vía Carisa, especialmente a Don Jorge Camino con quien he aprendido tanto y a los participantes que con sus intevenciones han hecho de este foro uno de los mas interesantes en cuanto a aspectos clave de la historia asturiana.


FUENTE PÁGINA WEB OFICIAL DE LA CARISA http://www.lacarisa.es/

El campamento de La Carisa es un establecimiento militar asombroso en el mundo romano. La extraña forma de las instalaciones y su situación en las inhóspitas cumbres de la Cordillera Cantábrica despiertan hoy un vivo interés. Su situación a 1.727 m de altitud lo convierten en el más alto de su época hasta ahora en Europa, y sólo algunos levantados en Los Cárpatos rumanos un centenar de años después con motivo de las guerras dacias alcanzan alturas algo superiores. El campamento se extiende por una gran superficie, en torno a 8 hectáreas, en una plataforma destacada en

la arista de la montaña, denominada monte Curriechos, y en sus laderas inmediatas.

El campamento de La Carisa destaca, además, por la intensidad y complejidad de sus construcciones defensivas, algo que no es muy habitual en esta clase de establecimientos militares. Las fortificaciones se concentran en la cumbre principal, donde componen hasta tres y cuatro líneas sucesivas, que en la ladera occidental adquieren una anchura de 50 metros. Estas barreras se componen de un talud de tierra (agger) que

es precedido de fosas dobles, salvo en un caso en que se construyó una fosa cuádruple muy poco habitual de 50 metros para realizar una férrea defensa en profundidad. Las excavaciones arqueológicas demostraron que las trincheras estaban armadas con pantallas de estacas de madera aguzadas y ramificadas que impedían un desbordamiento por el enemigo, además de empalizadas que coronaban los taludes para proteger a los legionarios. El conjunto de estas obras supone casi 2.000 metros lineales de defensa activa.



El campamento está organizado en numerosos recintos de forma poco regular que ocupan la cumbre principal, un cerro situado más al sur y una sucesión de terrazas por la ladera oriental, más resguardadas de las inclemencias que azotan la cumbre y el costado occidental. Los soldados se alojaban en tiendas de campaña de cuero, habiéndose encontrado varias clavijas de hierro que las fijaban al terreno. El tamaño del campamento permitía albergar al menos una legión. Sólo tenía una entrada, que se orientaba hacia el lado sur siguiendo la arista de la sierra, y contaba con varias puertas muy protegidas al cruzar las líneas defensivas. Un dispositivo de anchas rampas y paseos de ronda permitía el movimiento rápido de las tropas y el


equipo militar entre los recintos y todas las posiciones de defensa. El gran número de recintos indica una importante acumulación de efectivos organizados en unidades distintas y quizá llegadas de forma paulatina.


También se localizaron restos de barracones militares, formados por zócalos de piedra de planta rectangular sobre los que se levantaban paredes de tapial y carpinterías de madera unidas con clavazón, los cuales sufrieron un voraz incendio.



Los trabajos arqueológicos permitieron recuperar más de un centenar de objetos en muy deficiente estado de conservación, debido a la escasa profundidad de los suelos y la intensa acción de los agentes meteorológicos. No obstante, ofrecen una buena representación del equipo legionario, ya sea del armamento (puntas de jabalina –pilum-, lanzas, dardo y gatillo de catapulta, balas de honda, regatones o conteras de proyectiles), herramientas (azadones, zapapico, hacha, aguijada) o elementos diversos (apliques, tachuelas de calzado, clavijas de tienda, clavazón diverso, bocado de caballo, restos de fundición, etc.), entre los que destacan importantísimas monedas de Julio

César, Cneo Pompeyo, Octavio Augusto o el mismo Publio Carisio, que fijan claramente el origen del campamento en las guerras de conquista.



No está claro qué unidades legionarias se asentaron en La Carisa, aunque bien pudieron ser varias en dependencia de cada momento. Algunas acuñaciones galas, una de ellas muy

probablemente de Arausio (Orange), invitan a suponer la presencia de tropas de aquella procedencia, siendo la V alaudae, que sirvió con Carisio, una de las principales candidatas. Otras monedas proceden de Córdoba, Celsa (Velilla del Ebro) y seguramente Mérida. El acantonamiento de Legio VI victrix en León una vez finalizadas las guerras hace suponer que sus efectivos pudieron todavía llegar a ocupar las instalaciones.



El campamento está estrechamente vinculado a una importante arteria de comunicación, la Vía Carisa, que fue la infraestructura logística de las guerras.



Jorge Camino Mayor